Hace nada que te he dejado y ya te echo de menos.

Recuerdo esa primera sonrisa y ese primer abrazo que te he dado, reservado para ti desde hacía ya algún tiempo, y no puedo evitar sonreír. Solo hace unas horas que nos hemos separado, pero mi corazón ya nota tu ausencia. Sé que puede sonar extraño, sé que no hace mucho tiempo que nos conocemos, pero sin embargo, te has ganado un sitio en mi vida, un rinconcito en mi corazón.

Pensar en ti, y en el tiempo que hemos pasado juntas me hace sonreír, sentir esa mezcla de sensaciones, cuando sabes que algo bueno solo acaba de empezar. Te he mirado a los ojos y he visto todo lo que hay en ti. Cosas que no todo el mundo ve, y que yo, después de haberlas visto, me siento tremendamente afortunada. Porque tú, eres de ese tipo de personas que ya no abundan, esas de las que te alegras que formen parte de tu vida, y a las que necesitas, para poder seguir.

Muchas cosas podría decir, pero solo una más de que las que hayan dicho nuestros ojos: Eres una niña estupenda, y quiero que saques fuerza de donde puedas, para seguir ahí… Porque tengo la certeza de que para bien o para mal, todo llega, y tu, mi niña, te mereces mucho bien.

Te quiero.

Miriam.